1. Los actos humanos
Tomado del libro:
Introducción a la Ética, Autor: Gutiérrez Sáenz, Raúlcitado en monografías.com
por fduenas_
Existen dos tipos de actos,
los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre
pero poseen ciertas diferencias:
1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente,
es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana
del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y
la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser
juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.
2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o
de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración,
etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado,
pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto
a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales)
por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o
malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista,
como por ejemplo el fisiológico.
Ambos actos. Los actos, ya
sean humanos o del hombre, tiene un cierto valor ontológico independiente del
valor moral. El valor ontológico o metafísico de la conducta humana se refiere
al hecho real, a la existencia, a la objetividad del acto. En cambio el valor
moral depende de ciertas condiciones subjetivas y propias de la persona que
ejecuta dicho acto, como la intención, la libertad, el grado conciencia, etc.
El valor moral se encuentra solo en los actos humanos y el valor ontológico se
encuentra en ambos.
Cuando se dice que un acto
humano tiene un valor moral, se está implicando que este valor moral puede ser
de signo positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo, tiene valor moral
positivo, pero asesinar tiene un valor moral negativo. Normalmente hemos
designado al valor moral negativo como "inmoral", pero esta palabra,
en su etimología, indica más bien un desligamiento del valor moral y los únicos
actos que están desligados de los valores morales son los actos del hombre,
pero estos ya han sido calificados como "amorales".
Todo acto humano tiene un
elemento psíquico que también es motivo de una valoración moral, este es el
"Fin" o "intención" que es el objetivo o finalidad por la
cual se realiza un acto humano, por medio del fin o intención dos actos humanos
idénticos pueden diferir notablemente por el autor que realizó cada acto.
La palabra "Fin"
tiene varios significados, desde luego no se tomará en cuenta el que se refiere
a lo último, lo extremo. La palabra fin significa intención, objetivo,
finalidad.
La palabra fin tiene una
doble división cuando significa objetivo o finalidad.
a. Cuando significa objetivo, suele considerarse el fin próximo
(es el que se subordina a otros), el fin último (no se subordina a ningún
otro), el fin intermedio (participa de los dos, o sea, se subordina al fin
último y él mismo mantiene subordinado al fin próximo).
b. Cuando hablamos del fin como intención o finalidad, podemos
referirnos al fin intrínseco del acto (es el que posee la acción misma de
acuerdo a su propia naturaleza) o al fin del sujeto que ejecuta el acto (es el
que de hecho intenta el actor de la acción, en algunas ocasiones este fin
difiere con respecto al fin del acto).
Otro aspecto que ha estado conectado
a la Ética desde los tiempos de Aristóteles es el tema de la felicidad. La
felicidad es la actualización de las potencias humanas, es decir, la
realización y el ejercicio de a facultades y demás capacidades del hombre.
Cuando el hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia natural
es la felicidad. Además, éste es el fin propio del hombre. El hombre está hecho
para ser feliz. Desde el punto de vista de la Filosofía y la Psicología, la
felicidad es la consecuencia normal de un funcionamiento correcto del ser
humano. Se pueden distinguir tres tipo o niveles de felicidad:
a. La Felicidad Sensible. Es la experiencia de satisfacción y
beneplácito a partir de los sentidos.
b. La Felicidad Espiritual. Es superior a la sensible y se
obtiene por el correcto funcionamiento de las potencialidades humanas en un
nivel suprasensible, como la inteligencia, la voluntad, el amar, la libertad,
el arte, las virtudes, etc.
c. La Felicidad Profunda. Proviene del núcleo de identidad
personal. Es una felicidad más refinada que las dos anteriores y sólo se
percibe cuando el individuo capta su propio núcleo por medio de un conocimiento
conceptual y atemático.
El concepto de libertad
La libertad humana se puede
definir como la "autodeterminación axiológica". Esto significa que
una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de
su conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que
previamente ha asimilado. Cuando no se da la libertad, o se da en forma
disminuida, entonces el sujeto actúa impedido por otros factores,
circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es el verdadero
autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la condición
previa de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los
valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico, podrá
ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en que una
persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una limitación
en su libertad.
La libertad humana tiene que
ir paralela con el sentido axiológico y el sentido de responsabilidad, de no
ser así se convierte en libertinaje.
La postura que niega la
libertad humana es el "determinismo", postura propuesta por Skinner
que ha cobrado auge, este psicólogo conductista rechaza la libertad en función
de un fenómeno también real: los condicionamientos en que vive inmersa la
mayoría de la gente.
Uno de los aspectos más
importantes en la vida de una persona es su proceso de liberación. La libertad
puede aumentar o disminuir a lo largo de la vida. Los primeros factores que
limitan la libertad del hombre son: los condicionamientos, el Super Yo, las
manipulaciones ajenas, las emociones sofocantes y las ataduras de una filosofía
pesimista.
El tipo de libertad del que
estamos hablando es la libertad interior, ésta se rige por valores captados,
también es llamada libertad axiológica una vez que se asimilan los valores. El
hombre elige realizar algún valor o rechazarlo. La Libertad no existe cuando
una persona es ciega para los valores. Actuar libremente significa inclinarse,
adoptar y realizar un valor, o rechazarlo. Cuando no existe uno o varios
valores en la mente del individuo, su conducta va a estar orientada, no por
valores, sino por instintos, reflejos, condicionamientos, hábitos,
inclinaciones surgidas del inconsciente, presiones externas, etc. La percepción
de los valores es indispensable para que exista un acto libre. Existen dos
modos de percibir los valores:
a. En forma conceptual. Es la que se logra por medio de
explicaciones teóricas o descripciones más o menos distantes del objeto
valioso.
b. En forma intuitiva. Es la que se logra por medio de una
vivencia en la cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor como tal dentro
del mundo personal del sujeto cognoscente.
Para que la libertad
axiológica se pueda dar debe existir la posibilidad de un conocimiento
holístico o intuitivo de uno o varios valores. Sin este tipo de conocimiento,
muy diferente al conocimiento conceptual, no es posible que se dé la libertad
que nos lleva al valor moral. En otras palabras: para elegir un valor, primero
hay que conocerlo y apreciarlo en cuanto a tal.
Para un manejo sencillo de
las clasificaciones de la libertad, esta se ha divido dos muy sencillas:
a. Libertad-de: Significa libertad de obstáculos, de vínculos o
de restricciones, sean estos de orden físico o de orden moral.
b. Libertad-para: Significa libertad para alcanzar un objetivo
o para realizar un valor o para llegar a una meta, es de tipo interna y reside
en la voluntad.
La libertad humana no es
absoluta. Existen varios obstáculos que disminuyen y, a veces, nulifican la
libertad de la conducta humana. El Estudio de ellos proporciona mayor claridad
para la comprensión de los actos humanos en la vida real. En la medida en que
falta libertad, el acto humano pierde su calidad de humano y llega a
convertirse en un simple acto del hombre. A pesar de esto, la libertad puede
conquistarse e incrementarse a partir del nivel de desarrollo y madurez propio
de cada uno. Afortunadamente existen procedimientos psicológicos que fomentan
este gradual crecimiento de la libertad personal.
Los obstáculos de la libertad
Existen cinco obstáculos
contra la libertad:
- La Ignorancia. Consiste en la ausencia de conocimientos, es un obstáculo ya que para elegir algo, es preciso conocerlo. El mejor consejo para obtener la libertad es abrir horizontes, ilustrar acerca de nuevas posibilidades. Muchos fracasos en las carreras profesionales se deben a una elección incorrecta de ella por ignorar otras especialidades que estarían más de acuerdo con las cualidades del sujeto.
- El Miedo. Consiste en la perturbación emocional producida por la amenaza de un peligro inminente y es un obstáculo ya que en casos extremos (pavor), puede producir una ofuscación completa de las facultades superiores, y todo lo que se ejecuta en esos momentos pierde el carácter de acto humano, pues el sujeto no puede responder de ello.
- La Cólera y Otras Pasiones. La cólera, también llamada ira, enojo o coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte limitación en nuestra capacidad de elegir libremente. Las emociones como el odio, la tristeza, la alegría, los celos, la envidia y el enamoramiento, son respuestas orgánicas (de adecuación o de inadecuación, de aceptación o de rechazo) por parte del sujeto cuando percibe un objeto afín o discordante.La emoción llevada a los extremos recibe el nombre de pasión. La palabra "sentimiento" expresa casi siempre lo mismo que la palabra emoción, cuando se trata de un fenómeno persistente.
- La Violencia. Es una fuerza externa, física o psíquica, ante la cual es difícil o imposible resistirse. Ésta puede debilitar la libertad del sujeto hasta el grado de suprimir toda responsabilidad en lo que se refiere a la conducta realizada en esos momentos.
- Los Desajustes Psíquicos. Los desajustes psíquicos, entre los cuales sobresale la neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se siente atada a ciertos patrones de conducta, a mecanismos de defensa, a lo que le dicta el autoconcepto o el Súper Yo, a las emociones exageradas, como la ansiedad y la angustia, que ya hemos mencionado.
Las pruebas de la libertad y el determinismo
Una vez que se ha estudiado
a libertad en su esencia, en sus diferentes tipos y en su realización limitada,
es necesario reflexionar sobre el fenómeno y obtener cuáles son las razones por
las que afirmamos que el hombre es libre. Estas razones son las siguientes:
a. Cada persona tiene conciencia de su propia libertad. En
cualquier momento puede verificar experimentalmente que en realidad posee la
capacidad de escoger una dirección u otra, y que de hecho escoge una de ellas
por propia determinación. Este hecho es innegable.
b. Si se reflexiona sobre los obstáculos de la libertad ¿sería
posible que se experimentaran obstáculos y limitaciones de la propia libertad,
si ésta en realidad no existiera?. Una persona se puede experimentar en sí
misma en dos situaciones diferentes: en la primera se capta con el poder de
autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por los obstáculos ya
descritos. En el primer caso experimenta un cierto poder de elección, y en el
segundo no, pues se siente dominado, determinado, por fuerzas que en ese
momento son invencibles. Es por eso, que esa diferencia, ese poder, que es
innegable, constatable, limitable, y que no es el producto de ninguna teoría
abstracta, es justamente la libertad o poder de autodeterminación.
Contradiciendo todo lo
relacionado a la existencia de la libertad está el fenómeno del determinismo,
el cual niega la existencia de la libertad como tal, ya que aunque los hechos
no se pueden negar, el hombre ha sufrido una ilusión desde el momento en que
ignora las causas ocultas de su propia conducta. Ingenuamente, aseguran
pensadores de ésta corriente, se cree que elegimos libremente cuando no se
tiene conciencia de las causas más profundas de nuestra conducta.
La tesis central del
determinismo es la de que el hombre ya está fijado o "determinado" en
cierta dirección por diferentes causas que desconoce en el momento mismo y que,
por tanto, su decisión "libre" sólo sigue siendo de nombre. Los
principales expositores de esta corriente fueron: Leibniz, Spinoza, Freud y
Skinner. Cada uno con su tesis sobre el comportamiento del hombre.
Existen otros tipos de
determinismo además de los expuestos por los pensadores mencionados
anteriormente, éstos son el Determinismo Biológico y el Sociológico, que
sostienen la existencia de otras fuerzas rectoras de la conducta humana como
pueden ser la programación genética y la coerción social.
Según hemos visto la
Libertad es una de las principales condiciones para que un acto pueda ser
calificado como un acto humano propiamente dicho (ya que solo en los actos
humanos interviene la inteligencia y la voluntad). También la Libertad ha
quedado definida como una "autodeterminación axiológica", o sea, que
los valores morales sólo son alcanzados cuando una persona ejecuta su conducta
en pleno uso de sus facultades de conocimiento y de voluntad. El ejercicio de
la Libertad, en la medida en que incorpora valores en el momento de la
elección, es la raíz de la superioridad de un acto humano y de su valor moral.
2. Criterios de la conducta humana
El Criterio basado en el
placer y los instintos. Con este criterio el hombre, desde niño, busca lo
agradable y evita lo desagradable, o sea, buscar placer y evitar dolor. Este
nivel de placer instintivo, es el normal entre niños y adultos que no han
recibido una educación que les haya mostrado una apertura hacia otros valores
superiores. Pero tampoco hay que desechar por completo este criterio cuando se
trata de escoger una diversión, pasatiempo o un tema de conversación, ya que
este nivel es un auténtico criterio que sirve como orientación en muchos casos
de forma legítima. El problema o el error por así decirlo es cuando se va a los
dos extremos, es decir, 1) el uso exclusivo de este nivel en cualquier situación
de la vida, o 2) la eliminación absoluta de este criterio, como si el placer
fuera algo malo. Por el contrario, el placer es un valor sin duda alguna ya que
busca la satisfacción de las necesidades vitales del ser humano.
El Criterio basado en el Súper Yo.
Este criterio se reconoce con facilidad ya que el sujeto se deja orientar
rígidamente por ciertas normas o valores que las autoridades le han inducido
desde la infancia. Y como son desde la infancia esas normas y valores ya forman
parte del inconsciente del sujeto y por esa razón tienen un carácter
autoritario, rígido, exagerado. De hecho este tipo de criterio impide al sujeto
de hacer excepciones cuando se encuentra en una situación dudosa. La
orientación que este experimenta ya es mecánica y ni el mismo puede saber por
qué tener que actuar por necesidad en determinado sentido o dirección. Existe
un gran conflicto entre el primer nivel y el segundo.
Los tres niveles o criterios
mencionados anteriormente son los que se podrían llamar básicos o de uso generalizado.
Los que se explicarán a continuación son de orden superior y mucho más valiosos
para la Ética.
El Criterio basado en la presión social.
Este reside en la absorción de todas las normas y valores que
el medio ambiente o sociedad influyen en el individuo en forma de "presión
social". La guía de conducta dentro de una sociedad es pues la moda y la
propaganda. La presión social es la principal fuente que orienta y empuja la
conducta de las personas cultas. En muchas ocasiones esa conducta no tiene nada
de objetable, pero en muchas ocasiones la gente se pregunta se un individuo que
actuó con cierta conducta, lo hico por responsabilidad o por simple inercia, y
si pudo haber actuado de manera diferente. Normalmente si confundimos la
"obligación" como la "presión social", pero la verdadera
obligación es la que da origen a méritos de carácter ético, o sea, no es la
obligación que proviene del exterior, si no la que tiene que venir de nuestro
interior, la que uno se impone, de una autónoma y en función de los valores que
hemos asimilado. Es por esto que este criterio es muy generalizado y de escaso
valor ético, sin embargo es superior a los otros criterios debido a que se
trata de una orientación consciente (aunque no siempre en su totalidad). Por
ejemplo: una persona usa un determinado tipo de ropa porque es lo que ve, está
de moda o lo que oye en la propaganda; en cambio, no está consciente del origen
de las normas y valores inculcados en su infancia por los cuales puede llegar a
ser muy puntual, muy aseado o muy ahorrativo.
Encontramos entonces
defectos en los niveles anteriores (Súper Yo y Legal), los cuales son su
rigidez y su falta de adecuación a los casos singulares, cuyas características
particulares no pueden ser tomadas en cuenta por disposiciones de orden
general. Pero no todo es malo, lo fuerte del nivel Legal es la apertura y su
capacidad de difusión de la ley.
El Criterio Legal.
Este
consiste en orientar y dirigir la conducta por medio de normas y leyes
establecidas por terceros en algún código. En cierto aspecto este tipo de
criterio resulta ser muy cómodo, pues uno puede consultar la ley y decide
conforme a ella sin mayor discusión. En atención a dicha ley o conjunto de
normas el individuo está dispuesto a contravenir lo que dicen a sus instintos,
su inconsciencia (Súper Yo) y la presión social. Se puede decir que al hacer
esto se tiene cierta garantía del valor de su conducta, sin embargo, el apego y
la fidelidad a la ley no constituyen la esencia del valor moral. Con esto
podemos decir que pueden llegar a existir verdaderas diferencias entre un
código civil y un código moral, los cuales podrían quedar en una verdadera
contraposición. Por ejemplo puede existir una ley que permita el aborto, pero
sin embargo, el individuo en su código moral no lo permite, y podría regirse
por ese criterio. O también una persona condenada a varios años en prisión
conforme a las leyes de su país, pero es inocente desde el punto de vista de su
propia conciencia moral. Con esto entendemos que existe una enorme variedad de
criterios de orden legal que pueden llegar a originar una verdadera confusión
en la mentalidad de una persona. Pero el hecho de que existan códigos escritos
ofrece la posibilidad de la amplia difusión de la ley con el mínimo de
distorsión, puede plantearse de manera universal y por tanto enseñarse y
difundirse de generación en generación. No hay que tampoco apegarnos tanto a
este criterio, ya que al apegarnos a este criterio en realidad nos estamos
apegando en exceso a la letra y no al propio espíritu de la ley, es aquí donde
surge el legalismo, que podría ser considerado como la falla principal de esta
ley.
El Criterio Axiológico.
Este
criterio se basa en los valores internamente percibidos y apreciados como
tales, este criterio coincide con lo que se llama "actuar por propio
convencimiento". Con este criterio una persona puede descubrir algunos
valores y los aprecia como tales, en función de esos valores puede juzgar su
situación y orientar su conducta, aun cuando tenga que ir en contra de las
leyes, la presión social y sus costumbres o instintos. Una propiedad notable de
este criterio es la capacidad de eliminar aquellos conflictos que puedan surgir
en los niveles previos y actuar con serenidad y responsabilidad, pues su
conciencia ya no está dividida, sino que elige y actúa conforme a lo que el
percibe como valioso. Por este motivo, su conducta adquiere un valor ético. El
criterio axiológico es el más adecuado para la Ética, ya que los cuatro niveles
anteriores pueden diferir con respecto a lo que la persona considera valioso en
su fuero interior. Sin embargo el criterio axiológico muestra algunos defectos.
El primero es la limitación de los valores sustentados, una persona normalmente
descubre los valores que se practican en su ambiente, pero nada más, se tiene
que hacer uso del Yo Profundo (nivel 6) para ser capaz de vislumbrar un amplio
horizonte de valores. El segundo defecto es su individualismo, este criterio
trata de una Ética individual y para que pueda ser colectiva se tiene que hacer
uso nuevamente del Yo profundo.
El Criterio basado en el Yo Profundo.
Este criterio se caracteriza por que el sujeto se guía en sus
decisiones a partir de la percepción axiológica que se obtiene durante la
captación de su Yo Profundo. El Yo profundo es el núcleo del ser humano, es la
persona, el plano del ser, difiere a lo del plano del tener, que son las
cualidades de la personalidad entre las cuales se encuentran el estatus, los
conocimientos, el inconsciente, el grado de inteligencia y belleza, etc. El Yo
profundo es lo verdaderamente distingue a cada individuo, ya que no reside en
lo que se cree ser y valer. La importancia del Yo profundo destaca por varias
razones:
Cuando una persona enfoca su
Yo Profundo con los otros niveles de criterios el horizonte axiológico o
repertorio de valores se amplía, por lo tanto, el individuo puede actuar en
función de otros valores más profundos, elevados y comunitarios.
La captación del Yo Profundo
crea un mayor sentido de responsabilidad al tener una conciencia más clara de
su Yo como sujeto y autor de su conducta.
También, esta captación
permite el descubrimiento de los valores propiamente humanos, comunitarios y
con validez universal.
Con el uso del Yo Profundo,
el valor moral de una persona puede quedar incrementado. Desde le punto de
vista práctico es importante tomar la actitud adecuada para poder captar al Yo
Profundo y, con ello, al conjunto de valores que allí están implicados.
3. El valor moral
La Esencia de la Bondad en general.
Podemos aproximarnos a la esencia de la bondad por su paralelismo con
la verdad Así como la inteligencia está hecha para la verdad, la voluntad está
hecha para la bondad. Es por esto qué se dice que el objeto propio de la
inteligencia es la verdad y que, similarmente, el objeto propio de la voluntad
es la bondad. Se trata de las dos tendencias fundamentales del ser humano
(inteligencia y voluntad); cada una de ellas está dirigida a estos dos valores
en particular (verdad y bondad). Existen dos tipos de bondad.
La bondad ontológica, que
existe en cualquier objeto en tanto que se presenta como atractivo para la
voluntad.
La bondad moral es un
calificativo referido a los actos humanos cuando éstos llenan las condiciones
especificadas por la Ética. A esta ciencia le compete el estudio de las
cualidades requeridas para que un acto pueda ser considerado poseedor del valor
moral, es decir, como bueno o como malo moralmente hablando.
La esencia del Valor en general.
La esencia del valor está en la preferibilidad de un objeto, es decir,
en una cualidad que logra atraer la atención y la inclinación de las personas
que lo perciben, es pues, una especie de imán que poseen algunos entes, gracias
al cual una persona dice preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente
en cuanto que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en este caso el
ser humano) . El valor reside en las cosas, y consiste en una cualidad por la
cual esas cosas son preferibles al hombre, a sus facultades, a su naturaleza.
Los valores son tales porque guardan una relación armoniosa con el ser humano.
El valor es todo ente en cuanto qué guarda una relación armoniosa con el ser
humano. La diferencia principal entre bien y valor está en la mayor extensión
de este último. El bien es un valor, al igual que la verdad, la belleza y la
virtud. Y el término valor es un género donde entran las especies antes
mencionadas.
La Esencia del Valor Moral.
Una de las respuestas más claras y prácticas es la que propone a la naturaleza
humana como el fundamento de la moralidad. Ser moral significa actuar conforme
a las exigencias de la naturaleza humana. Quien reflexione sobre la naturaleza
humana, descubrirá allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y
las obligaciones de todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la verdad,
a sus propiedades, etc. Uno de los criterios fundamentales en lo que a
moralidad se refiere es la recta razón. Se entiende por recta razón como la
inteligencia humana en tanto que actúa por sí misma, sin desviaciones
provocadas por las pasiones, los instintos o algún interés personal. Quien
actúa conforme a la recta razón, determina cuáles son sus exigencias propias de
la naturaleza humana que en ese momento le conciernen. De acuerdo con lo anterior,
una persona con valor moral es aquella que actúa en la misma línea de sus
tendencias y exigencias como ser humano. Ser moral es equivalente a ser más
hombre (independientemente del sexo), ser más humano, apropiarse de las
cualidades que pertenecen por esencia a su propia naturaleza humana. El valor
moral lo puede adquirir una persona cuando realiza una norma moral y mejor
también, cuando ejerce una norme ética. Lo esencial en la conducta moral está
en la libertad guiada por valores superiores.
Descripción del Valor Moral.
La Esencia del valor moral es la congruencia de la conducta con la naturaleza
humana, pero esta esencia resulta muy general y poco aplicable así que es
conveniente mencionar algunas características propias de este valor:
El valor moral perfecciona a
las personas en cuanto a tal, en tanto que los demás valores perfeccionan al
individuo en aspectos parciales o periféricos, el valor moral se enclava en el
núcleo de la identidad personal.
La persona con valor moral
es todo lo contrario al sujeto mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente
en su propio bienestar.
La Persona con moral
manifiesta y contagia una felicidad que surge de su propia interioridad, del
núcleo de su identidad personal.
La persona con valor moral
manifiesta una triple armonía: Su conducta es congruente con lo que piensa y lo
que dice. No hay autoengaño ni falsas posturas hacia los demás. Y los tres
niveles: pensamiento, palabras y acciones, expresan lo mismo, la naturaleza que
se está realizando en forma armoniosa.
La Persona que actúa con un
nivel moral positivo tiene puesta su atención en valor moral intrínseco del
acto que ejecuta y no del beneficio personal que le traerá este.
Un acto honesto es una
acción que posee un valor intrínseco y, además, se ejecutan dentro de una
actitud de benevolencia, desinterés y generosidad que procede del núcleo de
identidad personal del individuo.
El Relativismo Moral.
Es la
postura moral que sostiene la falta de objetividad de los valores y, por lo
tanto, la ausencia de un fundamento objetivo y universal de sostener un
criterio moral determinado. Según esto cada persona crea sus propios valores y,
en consecuencia, es imposible hablar de un criterio moral único que rija por
igual a todos los seres humanos.
El Amoralismo.
El sentido correcto
de la palabra amoral es le etimológico; sin moral, independiente de la moral,
carente de valor moral. A este plano corresponden los actos del hombre que
permanecen en un plano inferior al de los actos humanos. Pero en la actualidad
se ha tergiversado, ya que basta que una persona se declare autónoma o
indiferente a las leyes morales para que indebidamente se califique a si misma
como amoral. El calificativo obviamente es incorrecto, ya que sigue ejecutando
actos humanos (utiliza la inteligencia y la voluntad), por lo tanto no son
actos amorales, sino morales, ya sean con signo positivo o negativo. En si el
término amoral corresponde a los actos del hombre y a las ciencias y técnicas
que ha creado. Por ejemplo: la ciencia en cuanto a ciencia es amoral ya que la
ciencia es un conjunto de verdades objetivas, frías y racionales acerca de la
naturaleza de las cosas y las personas, permanece en un plano que no toca lo
moral. ¿qué valor se le puede asignar a la ley general del estado gaseoso?. Sin
embargo en el caso del científico, él y su conducta, aunque son libres, son
susceptibles de los cánones de la Ética. Este científico puede alcanzar un
enorme valor moral en sus investigaciones, aun cuando la ciencia en sí misma
sea amoral.
La Objetividad del Valor.
El
valor se puede referir como todo objeto en cuanto qué guarda relaciones de
adecuación con otro objeto. Esto significa que cualquier objeto puede ser
valioso, todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha armonía o
integración no depende de que el sujeto la capte o no; el sujeto no crea esa
armonía, sino que se da mucho antes de que el sujeto la descubra y la observe.
Esa es la base de la objetividad de los valores. Además, un valor tiende
siempre hacia dos polos, dado que la adecuación o armonía entre dos cosas puede
tener, incluso grados o gamas entre los dos polos que suelen considerarse, esta
es la base de la bipolaridad. Además los valores poseen otra característica,
son preferibles, es decir, muestran un cierto atractivo a las facultades humanas.
Los valore también son trascendentes, es decir, los objetivos valiosos no
agotan el concepto o esencia del valor que entrañan, esta es la diferencia
entre valor y bien. Una última característica de los valores es que son
jerarquizables , es decir, todos ellos, guardan entre sí un cierto orden en
relación con las preferencias y características del ser humano.
Decir que los valores son
objetivos equivale a decir que éstos existen en la realidad independientemente
de que éstos sean conocidos o no. En cambio afirmar la subjetividad de un valor
quiere decir que los valores son creados por el sujeto. Esta objetividad y
subjetividad son mutuamente excluyentes sino que normalmente se complementa ya
que puede ser que mientras existe una relación de adecuación entre dos cosas
(la objetividad del valor), en este caso la persona y el objeto, es también
posible que esta persona añada por su cuenta (subjetividad) un elemento de
preferibilidad al mismo objeto. Normalmente a esa parte subjetiva del valor se
le conoce como valorización, que muchas veces es confundida con el valor. El
valor es objetivo, ya que se da independiente del conocimiento que se tenga o
no de él, en cambio la valorización es subjetiva ya que depende de las personas
que juzgan; aún así para que una valorización sea valiosa, debe tener un poco
de objetividad, es decir, necesita basarse efectivamente en los hechos reales
que se están juzgando y no ser un producto de conductas viciosas o
circunstancias desfavorables del que juzga.
La Bipolaridad de los Valores.
Cuando hablamos de valores se puede notar una característica peculiar,
siempre se consideran en pares, por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y
falsedad, bondad y maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar
varias escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los valores, aun
cuando siempre van de un polo superior hasta otro inferior y viceversa, en el
fondo se vislumbran diversas estructuras noéticas con las cuales nosotros
catalogamos y damos peso a esos dos polos y además ordenamos los valores
intermedios entre los dos puntos extremos.
Estas escalas, por su
parecido con las escalas numéricas, se denominan de la siguiente manera:
- La Escala Bipolar. Es la más sencilla de todas. Esta escala considera solo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno positivo y otro negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y muerte, aceptado o no aceptado, etc.
- La Escala de múltiples valores positivos y negativos. Esta escala considera además de los dos polos, la posibilidad de que existan matrices entre los dos extremos. Se puede comparar con la escala algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan números positivos hacia arriba y números negativos hacia abajo. Esta escala siempre promueve el nivel positivo, más y más cualidades, más riqueza, más belleza. La ventaja enorme de esta escala con respecto a la primera consiste en que en esta si se admiten matrices, lo cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios de valor y se sale del encasillamiento de la bipolaridad pura.
- La Escala de la normalidad central. Esta escala es un poco más sofisticada, ya que además de considerar los dos polos y las matrices de valores, pone el peso axiológico en el centro de dicha escala, es como la campana de Gauss, esta es como una parábola, por lo tanto en su extremo más alto se expresa el mejor valor y así va decreciendo hacia la izquierda y a la derecha, es ahí donde se manejan los número negativos y positivos. Entonces tenemos que se concibe lo normal como un valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha y hacia la izquierda. Hay que recordar que en caso de los valores en estas escalas, estos no se tratan de números, esta escala es una simple analogía, pero muestra con claridad de qué manera se conciben algunos valores.
- La Escala del cero absoluto. Esta es la más difícil de captar y de aceptar, proviene de la Filosofía escolástica, y es comprable a la escala termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto en el punto inferior, de tal manera que toda graduación es de números positivos. En esta escala no hay números negativos y ésta es la tesis que sostiene esta Filosofía, tesis que normalmente produce un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la gente le cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de valores negativos y la inexistencia del mal. Para la Filosofía escolástica el mal es una privación del bien, es decir, el mal como tal no existe, sino lo que existe es una ausencia del bien. La privación es eso, la ausencia de algo que debería existir.
La Preferibilidad de los Valores.
Esta propiedad es el mismo corazón del valor. Consiste principalmente
en esa particularidad por lo cual los valores atraen la atención hacia sí
mismos la atención, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que
los capta. Cuando el hombre se encuentra enfrente de varias cosas, este
prefiere las que encierran un valor.
Esta característica de
atracción surge ante la imperfección que muestra el ser humano y la necesidad
que tiene éste de eliminarla, complementándose con otros objetos, otros entes
que de alguna manera llenan o satisfacen su hambre de desarrollo y de plenitud.
A partir de esta polarización: el atractivo de los valores por un lado y l
precariedad humana por los otros, el valor se ha convertido en el satisfactor
normal de la naturaleza humana imperfecta y necesitada. El valor es le alimento
del ser humano como tal, es el ente que se adecua a la naturaleza humana dada
su calidad de ente en desarrollo y evolución. Captar los valores es lo mismo
que reconocer el alimento adecuado la propia naturaleza, a las propias
facultades necesitadas de algún complemento que las satisfaga.
Pero existe una situación
precaria en la naturaleza humana, la ceguera axiológica, es decir la
incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de valores. Nos muestra que
el hombre requiere un desarrollo especial para poder captar ciertos valores. Cuando
se nace se tienen instintos y necesidades, por lo la persona busca
instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con el tiempo se va
desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros valores, que
antes le eran indiferentes. Con la educación y la cultura, un individuo aprende
a reconocer y apreciar valores cada vez más refinados. Pero sin esa educación y
cultura, el horizonte axiológico del individuo se queda limitado, y aunque él
quiera no podrá aprecia cierto tipo de valores como por ejemplo la belleza
artística, ya sea en la música, en la pintura o en la literatura. Esto tiene
mucho que ver con la situación en que se encuentre cada individuo, no todos nos
cultivamos por igual.
Pero es peor la ceguera
axiológica en el plano de lo moral, ya que el adulto que no tiene la capacidad
de captar y apreciar el valor de la virtud, que no encuentre la diferencia
entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera privación y no de una simple
negación. Es por ello que debe existir una educación axiológica en el que al
niño se len todos los elementos para crearle un ambiente en donde pueda
asomarse a los valores que le van a proporcionar la satisfacción de una
naturaleza normalmente en crecimiento y en busca de plenitud. Es importante
orientar su motivación axiológica hacia los valores que lo motiven sin
perjudicar a nadie más.
Otros de los aspectos por
los cuales los valores son preferibles es por su trascendencia, trascender
significa estar más allá; por lo tanto; este término nos indica que los valores
sólo e dan con perfección más allá de este mundo, no aquí. Y al buscarlos
nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos, nosotros trascendemos
con ellos.
La Jerarquización de Valores.
Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser ordenados dentro
de una jerarquía que muestra la mayor o menor calidad de dichos valores
comparados entre sí. Es claro que no es igual lo material que lo espiritual, lo
animal o lo intelectual, lo humano o lo divino, lo estético o lo moral.
Por lo tanto para dicha
clasificación utilizaremos el criterio de que el valor será más importante y
ocupará una categoría más levedad en cuanto perfeccione al hombre en un estrato
cada vez más íntimamente humano. Entonces de acuerdo con este criterio tenemos
que los valore se pueden clasificar en:
- Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan al hombre en sus estratos inferiores, en lo que tienen en común todos los seres, aquí se encuentran valores como son el placer, la fuerza la agilidad, la salud, etc. Todos estos pueden ser poseídos por las mismos seres.
- Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores humanos, aquellos que son exclusivos del hombre, que perfeccionan los estratos que sólo posee un ser humano, como lo son:
- Valores económicos. como la riqueza, el éxito, todo lo que expansione la propia personalidad (valores eudemónicos)
- Valores noéticos. Son los valores referentes al conocimiento, como la verdad, la inteligencia, la ciencia.
- Valores Estéticos. Como la belleza, la gracia, el arte, el buen gusto.
- Valores sociales: como la cooperación y cohesión social, la prosperidad, el poder de la nación, el prestigio, la autoridad, etc.
- Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Estos valore son superiores a los anteriores debido a que los valores morales dependen exclusivamente del libre albedrío, en cambio los otros dependen además del libre albedrío de otros factor, por ejemplo la riqueza (puede heredarse), así como el grado de inteligencia y buen gusto. Además los valores morales al hombre de tal modo que lo hacen más hombre, en cambio los inframorales solo perfeccionan al hombre en cierto aspecto, por ejemplo, como profesionista, sabio, artista, etc.
- Valores Religiosos. Son los valores sobrehumanos, sobrenaturales. Son una participación de Dios que está en un nivel superior a las potencias naturales del hombre. Son pues la santidad, la amistad divina (gracia), la caridad y en general las virtudes teologales. Estos valores perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no solo de lo que tiene más íntimo como persona, sino en un plano en un plano que no está dentro de los moldes naturales de lo humano. Aquí se deja la puerta abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio corresponde más bien a la teología.
- La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente cuando se estudian las jerarquías d valores de los principales axiólogos, se nota un cierto paralelismo dentro de sus diferentes categorías como es este tipo de jerarquía propuesta por Max Scheler:
- Valores de lo agradable y lo desagradable
- Valores de lo noble y de lo vulgar
- Valores espirituales
- Valores de lo santo
La importancia de una
correcta jerarquía de valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede
proporcionar para una eficaz orientación de la vida entera.
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